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Tanto si se trata de hacer un recado rápido como de abastecerse de lo necesario, lo último en lo que piensa cuando está en el supermercado puede ser el riesgo de lesionarse.
Sin embargo, el suelo comercial duro y naturalmente resbaladizo de muchas tiendas puede convertirse en un grave riesgo de resbalones y caídas cuando los propietarios y/o el personal no mantienen los pasillos limpios y secos.
Además de vigilar las bebidas derramadas y los productos rotos, asegúrese de tener cuidado en la sección de frutas y verduras, donde es fácil pasar por alto frutas y verduras frescas caídas al suelo.
Aunque los nebulizadores mantienen los productos frescos, un exceso de agua puede hacer que se acumule humedad en el suelo. Muchas tiendas utilizan alfombrillas de goma en los pasillos de frutas y verduras para evitar que los nebulizadores supongan un peligro.
Ya sea por un fallo eléctrico o por un mal mantenimiento de los equipos, los frigoríficos y congeladores defectuosos pueden provocar fugas menores y mayores.
Sin unas alfombrillas adecuadas y un control regular, las entradas pueden volverse fácilmente resbaladizas por la lluvia, el barro u otros residuos que hayan arrastrado los clientes.
Un empleado puede descuidar la limpieza del agua estancada después de pasar la fregona o no dejar un cartel que indique a los clientes que el suelo está mojado.
Desde fracturas o fracturas óseas hasta lesiones nerviosas, medulares o cerebrales, incluso un "simple" incidente de resbalón y caída puede acarrear una larga recuperación y facturas médicas abrumadoras. Si el propietario o empleado de una tienda debería haber sido consciente del riesgo, pero no actuópuede solicitar la indemnización que necesite con arreglo a la ley.