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Si tiene un teléfono móvil, probablemente haya enviado un mensaje de texto alguna vez. No es inteligente hacerlo, pero los conductores lo hacen de todos modos. ¿Por qué? Puede que tengan prisa por responder a un mensaje o que estén esperando una información importante. Puede que quieran continuar una conversación o simplemente estar pendientes de sus seres queridos.
Desgraciadamente, enviar mensajes de texto al conducir es una de las cosas más peligrosas que puedes hacer en tu vehículo. Si envías mensajes de texto mientras conduces, puedes apartar la vista de la carretera el tiempo suficiente para provocar un accidente grave. Además, enviar mensajes de texto te obliga a apartar las manos del volante y a pensar en otra cosa que no sea conducir, lo que aumenta el riesgo de sufrir una colisión.
Aunque hay leyes que lo impiden, enviar mensajes de texto es más común que nunca gracias al crecimiento de la tecnología. De hecho, alrededor del 25% de las colisiones en Estados Unidos implican el uso de un teléfono móvil. Cada año se producen unas 390.000 colisiones con heridos por culpa de los mensajes de texto.
Enviar mensajes de texto te hace estar menos alerta, lo que es preocupante en la carretera. De hecho, los adolescentes que deciden utilizar sus teléfonos tienen los mismos tiempos de reacción que los conductores de 70 años, por término medio. El mero hecho de coger el móvil para usarlo también aumenta el riesgo de colisión por 23%.
Lo que todo esto trata de explicar es que enviar mensajes de texto y conducir no van de la mano. Si te atropella alguien que decidió arriesgarse a enviar mensajes de texto y conducir, entonces mereces presentar una reclamación y exigirle responsabilidades.