Las herramientas defectuosas pueden poner en peligro a los trabajadores de la construcción y a los contratistas

Para los trabajadores de la construcción y los contratistas, las herramientas que llevan a menudo son fundamentales para poder realizar su trabajo. Muchos profesionales se enorgullecen de utilizar únicamente las mejores herramientas disponibles. Sin embargo, incluso con equipos y herramientas de calidad profesional, es posible que los trabajadores acaben lesionados por culpa de herramientas o dispositivos defectuosos.

Los contratistas, en particular, no tendrán el beneficio de la compensación de los trabajadores a su disposición si se lesionan en el trabajo. Los trabajadores de la construcción lesionados pueden necesitar explorar si el fabricante de una herramienta defectuosa es responsable de las lesiones que sufren en el trabajo.

Cuando las herramientas de construcción funcionan mal, los trabajadores pueden resultar heridos

Quienes trabajan en la construcción se encuentran a menudo en situaciones precarias. Tal vez estén soldando piezas de acero estructural a gran altura sobre el suelo o taladrando un agujero en una viga de madera existente para fijar algo externo como parte de un proyecto de modernización. Si la herramienta hace algo inusual o imprevisible, puede desequilibrar al trabajador y provocar lesiones.

Por ejemplo, el año pasado, DeWalt retiró unos 122.000 taladros eléctricos se vendían con dos números de modelo porque podían provocar descargas eléctricas durante su uso. El problema se debía a que el cableado podía moverse y entrar en contacto con componentes móviles o metálicos del interior del taladro. Una persona que trabaje a gran altura en una obra podría acabar cayéndose tras una dolorosa descarga eléctrica causada por una herramienta eléctrica defectuosa.

Los trabajadores deben poder contar con las herramientas de su oficio

Si bien es cierto que las herramientas electrónicas de que disponen los trabajadores de la construcción modernos son más complejas que las utilizadas hace unas generaciones, esa complejidad no es excusa para que los dispositivos funcionen mal o no rindan.

De hecho, ocurre todo lo contrario. La tecnología utilizada para diseñar y fabricar herramientas ha aumentado hasta un punto en el que es factible que las empresas encuentren defectos y los subsanen antes de que los productos lleguen a los consumidores.

Cuando las empresas no prueban las piezas fabricadas por proveedores externos o no realizan un control de calidad adecuado en sus propias instalaciones, los trabajadores de la construcción pueden acabar heridos y podrían posiblemente interponer una demanda contra una empresa por la herramienta defectuosa implicada en su accidente.