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Aunque la mayoría de los Pomona señalaría a los conductores ebrios como los que más temen encontrarse en la carretera, los conductores distraídos pueden ser igual de peligrosos. De hecho, la información de la investigación compartida por la Administración Nacional de Seguridad Vial muestra que 3.166 personas murieron por conductores distraídos en Estados Unidos en 2017. La mayoría clasificaría a los conductores distraídos como aquellos que utilizan sus teléfonos móviles mientras están al volante, sin embargo, hay otra forma de distracción al volante que es igualmente (si no más) frecuente: comer mientras se conduce.
La mayoría considera que comer es una tarea sin sentido. Por lo tanto, comer mientras se conduce puede no parecer una distracción. Sin embargo, comer desvía la atención de la carretera (tanto si nos damos cuenta como si no). Genera distracciones como:
Algunos podrían argumentar que estas acciones sólo llevan unos segundos (o menos). Sin embargo, cuando se viaja por carretera a alta velocidad, sólo se necesitan unos segundos de falta de atención para provocar un accidente.
Sin embargo, lo más alarmante de lo fácil que es que comer y beber mientras se conduce provoque un accidente es el hecho de que tanta gente admita haberlo hecho. Datos de investigación recopilados por ExxonMobil muestra que el 70% de los conductores admite haber comido al volante. Esta falta de comprensión de los peligros de comer mientras se conduce contribuye sin duda a la estadística citada por LYTX que muestra que quienes lo hacen tienen 3,6 veces más probabilidades de verse implicados en un accidente que quienes no lo hacen.